
Gafas torcidas: ¿cómo arreglarlas?
Ajustar las gafas torcidas es fundamental para la comodidad física y visual.
No solo, de hecho, las gafas torcidas son ciertamente antiestéticas, sino que también pueden comprometer la vista y tu estilo. La importancia de una montura correctamente ajustada va, por tanto, mucho más allá del aspecto estético, influyendo en la comodidad y funcionalidad diarias.
Las gafas torcidas pueden, por ejemplo, causar molestias en la nariz o detrás de las orejas y una visión distorsionada. Pero con algunos pasos, como apretar los tornillos, ajustar y realinear las patillas y verificar la alineación con una superficie plana, es posible garantizar que las gafas se adapten perfectamente a tu rostro.
De este modo, obtendrás una comodidad óptima y una visión clara, permitiendo que las gafas sean una parte natural y distintiva de tu look.
1. Apretar los tornillos
En caso de gafas torcidas, una de las primeras acciones a realizar es apretar los tornillos. Naturalmente, primero es necesario verificar que sea necesario hacerlo y saber hacerlo correctamente.
Los tornillos de las monturas de las gafas pueden aflojarse con el uso diario, simplemente usándolas, poniéndolas y quitándolas frecuentemente o por la mala costumbre de colocarlas sobre la cabeza cuando no las utilizamos.
A este respecto, no olvidemos que las cadenillas especiales para gafas resuelven ampliamente el problema.
Para evitar que las gafas se caigan o tener que ajustarlas continuamente, es, por tanto, importante actuar cuando notamos un ligero aflojamiento de las patillas. En este caso, apretar los tornillos es adecuado para preservar la comodidad y la estabilidad de las gafas.

El procedimiento es sencillo pero requiere atención. Por eso, generalmente, se recomienda llevar las gafas al óptico, quien en pocos minutos las ajustará, verificando también su perfecta adaptación a tu rostro.
La mano experta del óptico es fundamental para garantizar que los tornillos estén fijados de forma segura, sin aplicar una presión excesiva que podría dañar la montura.
La experiencia de los ópticos en la mantenimiento y ajuste de las gafas asegura, de hecho, que los tornillos estén apretados con precisión, manteniendo la calidad de la montura y garantizando la comodidad visual y la estabilidad de las gafas.
2. Apretar y realinear las varillas
Para mantener tus gafas en condiciones óptimas, en algunos casos es necesario apretar y realinear las varillas.
Este paso es fundamental para asegurar que las gafas permanezcan estables y cómodas con el tiempo y, sobre todo, que mantengan su eficacia para ayudar a corregir la vista.
Las varillas de las gafas pueden, de hecho, torcerse o aflojarse con el tiempo debido al desgaste, al manejo incorrecto o a pequeños accidentes. Por eso es esencial realinearlas.
No existe un momento predeterminado para hacerlo, pero se recomienda intervenir tan pronto como empiecen a resultar incómodas de llevar o cuando notes que se deslizan por la nariz, no se ajustan bien o están torcidas en el rostro.
También es importante prestar atención a posibles dolores o molestias detrás de las orejas o en la nariz, que podrían indicar la necesidad de una pequeña revisión de la montura, apretando y realineando las varillas.
Al tratarse de un trabajo de precisión, es preferible confiar en el óptico en lugar de intentar hacerlo uno mismo.
Los ópticos disponen, además de la experiencia, de las herramientas adecuadas para realizar la operación de forma segura y eficaz, mientras que hacerlo por cuenta propia podría causar daños irreparables en la montura.
El óptico podrá, en cambio, comprobar que el ajuste de tus gafas sea óptimo y podrás aprovechar para verificar que todavía se adapten perfectamente a tus necesidades visuales.
3. Verificar la alineación con un plano recto
Verificar la alineación con un plano recto es muy importante para garantizar que las gafas se ajusten perfectamente y te ofrezcan la máxima comodidad.
Esta operación, que es competencia exclusiva del óptico, es necesaria si notas algún desequilibrio en el ajuste de las gafas o si percibes dificultades visuales en los planos horizontales.
El problema relacionado con la adherencia al rostro generalmente deriva del desgaste o de pequeños accidentes, que requieren un poco de mantenimiento de las gafas. Mientras que la dificultad visual con superficies planas puede depender, además del uso, también de una necesidad inicial de adaptarse a nuevas lentes.
Este tipo de ajuste se centra, de hecho, en la correcta disposición de las lentes respecto al rostro y al centro del iris, garantizando que el punto de enfoque esté adecuadamente alineado con la vista del portador.
Por lo tanto, las situaciones en las que puede ser necesario verificar la alineación con una superficie plana pueden ser esencialmente dos:
- en el momento de la compra de gafas nuevas, ya que la montura y las lentes pueden requerir un ajuste personalizado para adaptarse al rostro de quien las usa;
- después de un tiempo de uso de las gafas, especialmente si han sufrido golpes o simplemente el desgaste ha alterado su ajuste.
La alineación con una superficie plana debe necesariamente ser realizada por el óptico, quien con las herramientas adecuadas puede ejecutar el procedimiento con precisión.
En particular, tu óptico verificará la alineación de la montura, apoyando las patillas de las gafas en ambos lados sobre una superficie plana y observando si están en posición idéntica respecto a dicha superficie. Si nota un desequilibrio o una inclinación, puede corregirlos ligeramente doblando las patillas con delicadeza.

Nuestros ópticos, en nuestro centro óptico en Trieste, realizan regularmente estos ajustes de las gafas, como apretar los tornillos, realinear las patillas, verificar el ajuste con precisión y otras operaciones más complejas.
También están a disposición de nuestros clientes para ofrecer más consejos sobre el mantenimiento diario de las gafas para preservar su calidad y durabilidad a lo largo del tiempo.
Por lo tanto, aprovechamos la oportunidad para subrayar la importancia de programar regularmente una visita al óptico para el realineamiento y mantenimiento de las gafas, para asegurarse de ver bien y sentirse cómodo con sus gafas siempre.






